NAVIDAD, Una historia de amor

Narración para mi clase.

En un pueblecito llamado Nazaret vivía una joven que amaba a Dios, llamada Maria.
Un día, Dios envío al ángel Gabriel con buenas noticias para ella; le dijo: “Vas a tener un bebé muy especial, debes ponerle por nombre Jesús,

Él será el Hijo de Dios”.

¡Maria estaba tan contenta que le cantó una canción de agradecimiento a Dios!


Un tiempo después, el emperador de Roma decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio Romano, por lo que todos los habitantes debían ir a los pueblos de sus antepasados para ser censados. Así que Maria y su esposo José empacaron sus cosas y se dirigieron a una pequeña ciudad llamada Belén.

Cuando llegaron allí, María estaba muy cansada porque el bebé ya estaba por nacer. Pero pasó que en Belén no había ningún lugar para que ellos se quedaran a dormir, pues muchas personas de distinto lugares habían llegado allí para ser censadas. Un mesonero bondadoso, a quienes ellos pidieron un lugar, les dijo: “la posada está llena pero pueden quedarse allí en el establo”.


Mientras tanto, esa noche, en otro lugar, unos pastores estaban en los campos cuidando sus ovejas, cuando de repente se les apareció un ángel y les dijo: “Yo traigo buenas noticias: ¡el Hijo de Dios ha nacido! Lo encontrarán envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. De pronto se unió a ese ángel una inmensa multitud de ángeles que alababan a Dios.
Los pastores se sorprendieron de tal manera que dijeron: “¡Vamos! ¡Vamos!” Y se dirigieron de prisa a la aldea, y tal como el ángel les había dicho encontraron a Maria y a José y, junto a ellos, estaba el niño Jesús, envuelto en pañales.

En otro lugar muy lejos, unos hombres sabios del lejano oriente vieron una estrella especial, que brillaba en el cielo. Ellos la siguieron para encontrar al bebe recién nacido. Después de muchos días y noches, la estrella, que iba delante de ellos, los guió a la pequeña aldea de Belén y se detuvo en donde estaba el niño. Y al ver la estrella, ¡se llenaron de alegría! Entraron en la casa y vieron al niño con su madre, Maria, y se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres de tesoros; le dieron maravillosos regalos al bebe Jesús: oro, incienso y mirra.

Cuando llegó el momento de irse, regresaron a su tierra.


Y el niño crecía, junto a sus padres.

Por: Pra. Sandra Granero.

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